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hasta el numero 100 se rellena contigo...
¿Quieres algo de mí? ¿Has llamado a mi puerta?
Dije sí al cansancio y dije sí al temor.
Dije sí a la más profunda pérdida de lo habitual y a la charla amable
bajo los pinos iluminados por el farolillo de noche.
Dije sí a los ojos siempre abiertos y a la extrañeza.
Y, ahora que lo sabes, dime, ¿quieres algo de mí?
¿Has sido tú, en realidad, quien ha llamado a mi puerta?
Gracias por al menos dejarme estar sentada al otro lado de la puerta, y disfrutar del privilegio de oirte respirar.
Nuevamente me gusta el texto. Raro. Eh?
ResponderEliminarNos debemos una conversación de las nuestras!
Un besazo!